Los Alfa son los nacidos entre 2010 y 2025. Es la generación de nativos 100% digitales y los primeros niños nacidos completamente en el siglo XXI.
También conocida como «la Generación Glass» —en alusión a que ven y experimentan el mundo a través de una pantalla—, esta generación marca un verdadero punto de inflexión. No solo por su magnitud demográfica —algunos especialistas proyectan que hasta el 2025 llegará a ser la más numerosa de la historia—, sino porque está redefiniendo los vínculos familiares, el rol de la tecnología en nuestras vidas y el futuro del mercado. Y si bien su poder adquisitivo directo todavía es limitado, ya ejercen una influencia significativa en las decisiones de compra del hogar, potenciada por la interacción intergeneracional que impulsa nuevas dinámicas de consumo.
Hoy conviven activamente cinco generaciones: Baby Boomers, Generación X, Millennials (Generación Y), Centennials (Generación Z) y los Alfa. Pero los Alfa son los primeros en socializar, educarse y entretenerse en entornos mediados por algoritmos, interfaces inteligentes y plataformas digitales personalizadas.
A diferencia de los Centennials, que crecieron con la transición digital, los Alfa nacen en un ecosistema completamente digitalizado, sin memoria de lo analógico. Su socialización, educación y entretenimiento están mediados por algoritmos, interfaces inteligentes y entornos digitales personalizados.
Además, son una generación global, móvil y culturalmente diversa, con una alta expectativa sobre la inmediatez, la personalización y la autenticidad en sus interacciones. Y, aunque aún son niños/adolescentes, ya muestran actitudes muy pragmáticas, una fuerte orientación a la autoexpresión y a construir su identidad en plataformas digitales.
El impacto cognitivo de la IA
Los Alfa están creciendo con una percepción compleja de la tecnología: la reconocen como herramienta de empoderamiento, pero también emergen signos de una conciencia crítica respecto a sus límites y riesgos.
Martín Wainstein, profesor de la Universidad de Buenos Aires, destacó en una entrevista con Infobae que esta generación ha desarrollado habilidades visuales avanzadas y una notable destreza en el uso de pantallas. Lo cual los hace expertos en el multitasking, pero también son susceptibles a mayores niveles de impaciencia y una menor capacidad de concentración sostenida.
Cecilia Chan, investigadora de la Universidad de Hong Kong, advierte que si bien la IA tiene potencial para personalizar la enseñanza y mejorar la retroalimentación, también puede reforzar desigualdades educativas y generar dependencia tecnológica.
Perspectiva peruana: brechas y oportunidades
Este dilema que nos propone los avances de la tecnología cobra especial relevancia en el contexto peruano. El Ministerio de Educación (ENEDU, 2023) reconoce que la integración de tecnologías avanzadas será clave para reducir las brechas educativas. Sin embargo, persisten desafíos estructurales en conectividad y acceso, sobre todo en zonas rurales y sectores vulnerables. Según UNICEF Perú, una proporción significativa de niños y adolescentes en el país carece de acceso regular a internet. Esto configura un escenario desigual en el que los Alfa peruanos desarrollan experiencias, capacidades y aspiraciones muy distintas según su contexto. No pasar por alto estas condiciones es fundamental para comprender a este segmento y su papel como futuros ciudadanos digitales.
Consumo, influencia y nuevas expectativas
La Generación Alfa está consolidando una nueva mentalidad de consumo donde convergen tecnología omnipresente, hiperpersonalización, sostenibilidad y autoexpresión.
El desafío para las marcas será innovar sin perder humanidad. Adaptarse a una comunicación simple, directa y bidireccional. Invertir en experiencias digitales significativas y participar activamente en la construcción ética del ecosistema tecnológico.
En el contexto peruano, esto implica no solo un reto para superar las desigualdades de acceso, sino también reconocer a los Alfa como posibles catalizadores de transformación social y económica.
Estamos ante un escenario que merece atención. Comprender y acompañar a estos futuros protagonistas del consumo, la evolución tecnológica y la transformación cultural global se convierte en apremiante.
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